BRANKO MÍLJOVIC

Nis-Serbia, 1934-Zagreb-Croacia, 1961

BALADA

A los trovadores de Ohrid
Sabiduría, amanecen las madrugadas sin experiencia.
¡No tengo más derecho a las palabras comunes!
Mi corazón se apaga, mis ojos arden
¡Canten, sabios ancianos, mientras arriba de la cabeza
Estallan las estrellas como metáforas!
Lo que es alto desaparece, lo que es bajo se pudre
Pájaro, te llevaré hasta la palabra. Pero devuelve
La llama prestada. No blasfemes la ceniza
En el corazón ajeno oímos nuestro corazón
Es igual cantar y morir
El sol es la palabra que no sabe brillar
La conciencia no sabe cantar porque tiene miedo
Del vacío sensible. Los ladrones de las visiones,
Las águilas, me pican desde adentro. Estoy de pie
Clavado a una roca que no existe
Con las estrellas firmamos el engaño
De la noche invisible, por lo tanto más negra. Recuerda
El caer en la vida como prueba de tu celo
Cuando la tinta madure en sangre, todos sabrán
Que es igual cantar ymorir
¡Sabiduría, los fuertes se cansarán primero!
Sólo los canallas saben qué es poesía,
Los ladrones del fuego, pero nada cariñosos,
Atados al mástil del barco seguido
Por el canto submarino más peligroso en la vigilia
El sol desfalleciente sabrá en las frutas maduras
Cambiar el beso que hace descansar la ceniza
Pero después de nosotros nadie tendrá
La fuerza que corteja a los ruiseñores
Si es igual cantar y morir
La vida es letal, pero resiste a la muerte
Una enfermedad horrible llevará mi nombre
Sufrimos mucho. Ahora canta
El infierno domesticado. Que el corazón no titubee,
Es igual cantar y morir

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