THOM GUNN

Gravesend, Kent (Inglaterra), 1929-San Francisco, 2004

LA ANIQUILACIÓN DE NADA

Nada quedaba; Nada, el nombre protervo
Que cada noche repetía hasta ser arrastradl
A un sopor oscuro o sopor que contenía un sueño.
En él había una enorme ausencia contagiosa,
Más espacio que el espacio, sobre la nube y el fango,
Sólo demarcada por las intrusiones de su poder
Reducido a la indiferencia ante los cambios del tiempo,
Cuyo fin conocía, me despertaba sin deseo
Y agasajaba el cero como un paradigma.
Pero ahora se rompe: las imágenes estallan con fuego
En la tranquila esfera donde he residido,
Mostrando el paisaje que aún se mantiene entero;
El poder que yo concebía, que presidía
Esencial en sus devastaciones abstractas,
Es simplemente cambio, los átomos que dividía
Completan, en la ignorancia, nuevas combinaciones,
Sólo una infinita finitud veo
En esas peculiares variaciones atrayentes,
Es la desesperación de que la nada no puede ser
Lo que destella en la mente y deja una marca humeante
De espanto
Levanta la vista. Ni firme ni libre
La materia sin sentido está suspendida en la oscuridad

Comentarios