MANUEL LÓPEZ QUIROGA

Sevilla-España, 1899 - Madrid, 1988

RECUENTO MATINAL

Es limpio el aire

de la mañana sabatina.
En el anfiteatro de San Pedro de Atacama
los corazones de diversas latitudes
se abrigan en torno al fuego.
Unos metros más allá
la señora Elvira y otros habitantes
preparan el ritual de los ancestros
mientras el sol irradia su tibieza.
Nos agrupamos en silencio y con respeto
para la ceremonia de pago a la tierra.
Se agradece a la tierra madre lo que nos da.
Aunque herida por la voracidad transnacional
y lastimada por la debilidad gubernamental
y sufriente ante la indiferencia ciudadana
ella todavía se reparte
en semillas, frutos y alimento.
Desde lo alto nos llega un guiño alegre:
una brisa repentina hace llover sobre nosotros
ramitas de árbol nortino como suave maná.
Luego, Marcelo y sus instrumentos mapuches
nos hermanan en torno a la música pura
cual hermoso latir de la madre tierra.
Guiando la meditación
Jorge nos lleva desde el corazón uno
al alma toda,
transformándonos en vasos comunicantes
de energía y luz
fundidos en un abrazo humano y trascendente.


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