CHERUBINA DE GABRIAK

San Petersburgo-Rusia, 1887-1928

I
Florezco sólo una vez, como el helecho,
como el fuego de la primaveral y embriagadora noche...
Ven por mí a la magia del bosque,
al círculo encantado, ven y arráncarme

Ámame. Todo lo mío es tuyo
Cede ante mi inutilidad amorosa
Soy mortal y amarga como el almendro,
más tierna que la muerte, más ilusoria y amarga

II
Violetas de un color lila oscuro
me traes todos los días;
son ingenuamente lamentables
las flores de tu enamoramiento
La ciencia refinada del amor
no comprende tu mente ciega,
y por la sonrisa de aburrimiento,
se tuerce mi delgada boca
Con el veneno viejo de mi perfume
te embriagaste dulcemente,
pero yo sola con una mirada débil
destruyo las flores innecesarias.

III

Sí, besaba y conocía
la huella de tus labios dulces,
mis labios entregaba a los labios,
aquí no hay pecado
Por los besos, los labios
son más tiernos y más rosados
Para qué eran tan rudas
sobre mí las palabras.
Ya hace cuatro años que se apagó
el fuego de tus ojos grises
Más dulce que el vino y la miel
era la hora de nuestro encuentro
Recuerdas, a través de la nieve sobre el portal
la flor de la gótica rosa,
cómo te ofendía yo,
como podías creerme

IV

Mira en el espejo,
mira y no te alejes
Allí no están tus rasgos,
allí, en el espeko, viva,
está tu otra

...Silencio, no hables...
Mira mira, las partículas del mal y del miedo,
el resplandor de la mentira,
te crearon una imagen de ceniza
y estás viva.
Y así es como vives, no te muevas y escucha:
Allí en el espejo, en el fondo,
existe un jardín submarino con flores  perladas...
No mires atrás,
aquí tus días son vacíos,
aquí destruirán todo lo que es tuyo
Vive en el espejo

Espejo
Hace mucho, en el impulso supersticioso,
me diste un espejo con marco de plomo,
y retuve en el espejo equivocado
al fantasma de tu rostro
Y desde entonces, cuando la melancolía quema el corazón
como gotas de caliente sangre escarlata,
en el espejo veo las curvas cejas
 y la odiosa boca pálida
Es dulce ver nuestras caras juntas
y saber que en esta hora muerta
mi melancolía tocará tus ojos
y te estremecerás en la filosa caricia de la venganza

Comentarios