RAY BRADBURY


Waukegan, Illinois-Estados Unidos,1920 - Los Ángeles- California, 2012

NO HAN VISTO LAS ESTRELLAS

No han visto las estrellas,
ni una, ni una siquiera
de todas las criaturas de este mundo
en todas las edades desde que las arenas tocaron
por primera vez el viento
Ningún animal, ni uno siquiera
entre todos los animales se ha parado
en pradera, en llano o en colina
y ha conocido la emoción de ver esos fuegos;
nuestras almas admiran lo que ellos nunca, nunca conocieron.
Millones de años que giran las esferas
pero ni una sola vez en todos esos años
un león, un perro, un pájaro que hiende los aires
ha mirado eso. ¡Oh, Dios! ¡Las estrellas!
¡Ninguno ha mirado!
Como si el tiempo todo nunca hubiera sido,
ni Universo, ni Sol, ni Luna o simple luz de la mañana.
La tragedia de ellos fue muda y ciega. Aún lo es.
¿Nuestra vista?
Sí, ¿la nuestra? Saber ahora lo que somos.
Pensar en esto y después elegir: y ahora… ¿qué?
Nacer en la áspera Tierra, habitar un escenario, que,
con todo lo que contiene, apenas visto queda borrado, 
obnubilado
como si todos estos milagros nunca hubieran sido.
¿Vastos remolinos de sonora luz, de fuego y hielo,
apenas vistos y ya perdidos?
¿Y nosotros, con nuestra carne frágil y los nuevos ojos de Dios 
que se elevan y abarcan e indagan los cielos?
Contemplamos las estaciones sucediéndose en la marea lunar
y conocemos los años, recordando lo que ha muerto.
Oh, sí. Tal vez hubo pájaros que algunas noches
sintieron que Orión se levantaba y afinaron el vuelo
virando al sur,
porque hay mapas de estrellas grabados en sus dulces sueños 
de amor,
y así parece.
Sí, pero ¿ver? ¿ver y conocer realmente?
Y, al conocer, querer tocar esos fuegos,
crecer hasta que la poderosa frente del alto hombre de Lamarck
domine los terremotos, golpee la Luna,
se extienda hasta Marte y los anillos de Saturno;
y mientras crece aspire a enseñar
a las demás criaturas
a volar con sus sueños y no con viejas alas.
Pensad en esto, pues. ¡Somos los primeros! Los únicos.
a quienes Dios ha honrado con sus soles que surgen.
Para nosotros los dones: Aldebarán, el Centauro,
nuestro vecino Marte.
Despertaos, dice Dios. Mirad eso. Id por ellas.
Las estrellas. Oh, Dios, muchas gracias. ¡Las estrellas!

Traducción de Patricio Canto. Tomado del libro: Ray Bradbury/Aldo Sessa. FANTASMAS PARA SIEMPRE. Luis de Caralt Editor. S.A.
RAY DOUGLAS BRADBURY
BRADBURY SCIENCE MUSEUM
LOS ALAMOS-NUEVO MÉXICO, USA



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