ROGELIO SOTELA


San José, Costa Rica, 1894 - 1943

LO QUE ME DIJO EL MAR

Todas las tardes he venido
a sentarme aquí, frente al mar…
Y así, cada tarde he podido
aprender una lección más.

Acerco no sólo el oído;
el alma también va a escuchar
lo que me ha dicho cada tarde
la enronquecida voz del mar:


Y habla el mar:

-Hombre que te preocupas tanto
por toda pena que te dan,
ve esta visión de lejanía
y esta amplitud horizontal
y aprende así a abrir tu alma
serenamente al Bien y al Mal.


Yo destejo como Penélope
lo que había tejido ya
y como si fuera mal hecho
siempre lo vuelvo a comenzar.

Así los artistas debieran
repujar la obra en que están,
y todos sabor que en la vida
la perfección cuesta encontrar.

Preciso es nacer muchas veces
y aun tantas veces llorar
y sentir que son los tropiezos
y las penas, un auxiliar,
pues va modelándole el alma
entre sollozos, como el mar.


Y mira: tú te ensoberbeces
porque no puedes alcanzar
lo que quieres, y te fatigas
y pronto matas tu ideal…

Fíjate en mí cómo hace siglos
vengo en esta lucha tenaz
por deshacerme de este cauce
que me limita sin cesar;

y doy mis tumbos a la playa
a ver si la puedo pasar
y la impotencia me devuelve
hacia donde mi sino está.


Ah!, pero yo siento que mi impulso
algún día conseguirá
lo que se propone. Ahora
se rompe en espumas no más…


Por último quiero decirte
lo que no han visto los demás:
fíjate qué distintos nombres
a mis aguas los suelen dar:
espuma, ola, fuente, río,
y en el fondo, todo es mar!

¿Pues no soy yo agua en la espuma
y soy en la fuente termal,
lo mismo en la laguna quieta
que en catarata torrencial?

Agua en la nieve que te enfría
y agua la lava del volcán,
agua de mis senos profundos,
toda, de mi regazo va.


Vosotros a todas las cosas
diferentes nombres les dais,
y ésa es la sola diferencia,
¡cuestión de nombres nada más!

El viento y la nube y el árbol,
el sol y tú mismo, serán
lo que sólo han sido de veras:
aguas de una fuente abismal…

Porque todo viene igualado
del mismo Seno Universal
y Dios es el mar insondable
a donde todos volverán…!


Puntarenas 1934.
Del Libro “Rimas Serenas”
del Poeta Costarricense
Rogelio Sotela
(1894-1943)

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